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Lily y Julio
"Enamorados" |
Le prometí a la jovencita Aída, una nota referente a su papá, es decir a mi amigo Julio Tapia Vargas, vecino de Lince y que conozco ya hace buen tiempo. Lo de vecino, porque vive en la residencia donde crecen a grandes pasos mis nietos Alejandra y Joaquín. En otras palabras, la casa de Mercedes y Juán Carlos, mi nuera e hijo y con los que se llevan de maravillas. No dejamos de saludarnos cada vez que llego y tengo el gusto de tratar a Lily Herrera, su adorada esposa y a Aída y Samuel, los retoños. Cómo no voy a tener simpatías por ellos si son tan cariñosos con mis nietos. Saben ganarse su amor y hay la correspondencia de los niños que se alegran en cuanto los ven.
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Aida y Samuel |
Ya lo he confesado en reiteradas oportunidades que soy el clásico abuelo "chocho". Una bendición de Dios y particularmente en mi caso, por el regalo de los mellizos. A "Julito", lo trato con cariño porque se lo merece. Empecé a admirarlo cuando una Noche Buena de Navidad se apareció, cual alegre Papá Noél, emitiendo su contagiante carcajada. No descendió desde el cielo. Sólo del tercer piso donde reside y desde el que alegra todas las navidades a sus vecinos. Un simpático gesto que lo pinta de cuerpo entero. Bonachón y querendón como todos los gorditos buenos.
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La familia completa |
Me enteraría después que es chalaco, nacido en el Callao querido y además hincha furibundo del cuadro de la rosada, el Sport Boys, el emblemático equipo de fútbol en el que brillaran Valeriano López y su compadre "Willy" Barbadillo, notables delanteros que hicieron historia en el primer puerto del Perú. Julio Tapia, es el típico y alegre vecino que contagia su optimismo a pesar de tener contingencias en su salud. No se doblega y sabe afrontarlas con estoicismo y más aún, si tiene el apoyo de su linda familia.
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Lily Herrera
la esposa |
Lily, su esposa, siempre amable y colaboradora para con lo que signifique conservar presentable su sitio de residencia y lo más importante, la buena amistad con los vecinos. Aída, una chica estupenda, bonita y según sé, estudia música y va conociendo los secretos de las cuerdas de su guitarra. Va la Universidad. Siempre cariñosa y se gana los afectos de Alejandra y Joaquín, mis nietos. Es que todavía es una niña y sabe comprenderlos. Ha heredado el carisma de sus padres y jamás se la ve negativa. Toda una promesa para su hogar.
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Aída Tapia H.
¡Linda niña! |
Samuel es el hijo varón. Muchachón todavía y en la etapa del aprendizaje y siempre guiado por los buenos modales. Sabe colaborar con Juán Carlos, mi hijo, y sin descuidar sus estudios, se ha convertido muchas veces en eficiente trabajador. No deja los auriculares para nada y esto no es un reproche, por que me ha dejado en la puerta de calle en larga espera, por vivír intensamente el rock o su ritmo de moda. Con decirle que los temblores para él pasan desapercibidos. Es un chico "bacán". Observen esa sonrisa de la chica de la foto: Aída, como el personaje de la ópera de Verdi y que algún día pondrá bajo sus pies al conquistador que pretenda conquistarla. Herencia neta de Lily. Que lo desmienta Julito Tapia.
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Julito es
"Papá Noél" |
Desde este rincón de saludos mis mejores deseos para Julio Tapia Vargas, su esposa Lily y sus hijos Aída y Samuel. Nos vemos todos los Martes y Jueves en la cita con mis nietos, que son un motivo para dialogar e intercambiar apretones de manos y conversar alguito. Falta mucho para la próxima Navidad y desde ya le hago un pedido a este bonachón Papá Noél. Su mejor regalo: Su amistad inquebrantable y duradera. Nada más y punto. Por algo siempre repetiré al verlos. ¡Qué bonita Familia! Las próximas navidades están ya cerca y Julito está preparando el trineo y va al parque Castilla de Lince y entrena a diario con sus alces y gacelas. Cada vez tiene más pedidos y desea cumplir con todos. Uno de estos días le entrego mi carta y esperaré la Noche Buena con la llegada de Noél. ¡Felicidades Julio! Gracias.
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