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El brindis del
"setentón". |
Nada más agradable que comentar un suceso familiar. Muy temprano hice una llamada a mi estimado consuegro Sergio Castro Requejo, natural de Sócota en Cajamarca, para saludarlo por sus "15 abriles". El teléfono sonaba ocupado. Esperé muchos minutos y me contestó la tía Edita y con un acento parecido al de Rita Pavone, la recordada y menuda cantante italiana. Es que había estado conversando con un familiar radicado en Italia y se le había quedado el acento. Me dijo: "¡Pronto! ¿Ma' che dice? Io non parlo spagnolo". Quedé sorprendido y al poco rato se repuso y con acento cajamarquino volvió a la realidad. No estaba Sergio Castro Requejo.
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Sergio, Mechita y sus nietos
Alejandra y Joaquín. |
Le recordé que lo saludara y horas más tarde, mientras me distraía escribiendo en este grato entretenimiento, mi amada Antonieta me da la información de que iba a ver celebración en casa de Mary, su hija, en San Miguel. Yo había quedado en ir a ver a mis nietos pero, como iban a estar presentes con Mechita y Juán Carlos, sólo tuve que esperar la hora de partida señalada a las 4 de la tarde y con la guía de Edita. Así fue y luego de nuestro prolongado viaje hasta la Plaza San Miguel en "custer", hicimos un cambio en la Marina a "combi" y estuvimos en la elegante residencia de los esposos Floriano-Castro, a golpe de 6. ¡Buena hora!
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Mary y Lucho Floriano
los oferentes. Gracias. |
Sergio, ell dueño del santo no salió porque estaba refrescándose en la ducha y nos atendió Mary, su hija, siempre cordial y con "checho" viendo las aventuras de "El Super Can". Éramos los primeros en llegar por culpa de Edita. Había que esperar al resto y en menos de una hora se fueron haciendo presentes "los comensales". El ingeniero Lucho Floriano, dueño de casa y de Mary, estaba ausente por encontrarse en una complementación de estudios relativos a su profesión. ¡Felicitaciones! Los primeros en llegar fueron Irma y su romántico galán Garlitos Garay y con el que siempre mantenemos un interesante conversado y, la hermana de Sergio, doña Adriana Castro, la tía querida de Sócota. Ya había buen ambiente y era sólo cuestión de esperar a los demás.
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Los primos Ximenita Si-
fuentes Castro y Rodrigo
Floriano Castro. |
No tardaron en hacerse presentes los Serván Castro con la algarabía de Alejandra y Joaquín. "Ale" divisó a su abuela Antonieta y de frente se arrojó a sus brazos. Lo mismo Joaquín y cuando divisaron al que escribe esta reseña, se lanzaron como "pecesillos" a nuestros brazos. Luego, a saludar al "quinceañero" y el ambiente se convirtió en fiesta infantil. Maryvel Castro les tenía sus regalos de Navidad y así convertimos la reunión en celebración de la llegada de los Reyes Magos. "Chechito" Floriano Castro, estaba feliz y compartió con sus primos su gran contento de verlos. La concurrencia, observaba todo con mucha alegría. Nos dieron una sorpresa porque Ximenita mostró su primer diseño en Facebook. Le viene el arte por herencia y la mamá no sabe donde disimular su contento. Estuvo feliz toda la noche la madrina y tía de Alejandra..
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Sergio "el chancletero". Cinco
guapas hijas. Falta aquí Raúl.
Sonríe con gracia Irma de Garay |
Se fue completando la familia con Nena Castro y su adorada hija Ximena, recién llegaditas de Arequipa y con aromas a "rocoto relleno" y deliciosa "malaya con papas doradas". Felices de haber visitado la blanca ciudad y ya colgaron sus fotos a todo dar en Facebook. Se hizo presente Carmencita Castro y "al toque", fuente en manos, invitó unos panecillos y bocadillos que trajo como para calentar el ambiente, ya subido por la temperatura climática. Chicha morada fresquita y se sentía la ausencia de Lucho Floriano. No tardaron en llegar Zoila Gabriela y Raúl, y fue el momento de los "tamalitos cajamarquinos" que estuvieron deliciosos.
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Nena y Ximena llegaron
con hambre de Arequipa. |
El plato de fondo, ¡muy bueno! y la "víctima", fue un pollo sabrosón adornado de ensalada rusa y arroz. No se puede quejar Sergio Castro Requejo que apagó velitas y todas ubicadas en una preciosa y dulce torta. ¡Todavía sopla! y brinda con emoción. Fue la hora en que llegó Lucho Floriano de sus estudios y completó la familia. Se puso al día y brindó con cervecita en lata, muy a su estilo. No hubo baile porque había que trabajar al día siguiente. Toda una velada que fue una muestra de cordialidad y sana alegría en honor a un padre y abuelo que festejó 74 años de vida. Por nuestra parte nos fuimos endulzados de tanto cariño y renovamos, en esta reseña, el saludo y parabienes al agasajado. Hay un grito que se escucha con ecos de un estadio: ¡Que se repita! Allí estaremos de todas maneras para los 75. Gracias.
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