Nuestro saludo a Blanca Torrely que posa entre Manuel Acosta y su hermana Ruth. Muchas felicidades para todos. |
Gracias a su esposo Manuel, el querido colega de Radio "Luz", nos enteramos en la mañana del 1ro. de Agosto, que su amada esposa y compañera de su larga vida, celebraba un cumpleaños más a su lado y con sus hijos maravillosos. Le envío mi salutación porque es mi deseo sincero. Espero lo haya disfrutado bien y se que estuvo fuera de Lima, renovando aires y reponiéndose de los trajines que la vida da. Es una feliz abuela y se siente orgullosa de su gran prole y los nietos que nos renuevan el espíritu.
Sirva esta reseña para evocarla allá por los 60 del siglo pasado en esa su casa de Río Moche en Pueblo Libre. Una familia arequipeña y con unos padres que derramaban cordialidad y a los que supe tratar y admirar por su entrega a la familia. Siempre se hablaba de Yura, ese pueblo que adquirió fama gracias a sus famosos cementos. Cuantos hogares se han cimentado con este producto. La gente de Yura, de lo mejor. Conocía a sus familiares y no me olvidé jamás de su hermana Jesús, la alegría contagiante de los Torrely.
Por supuesto que nos llevamos muy bien con su hermana Ruth y a la que espero volver a ver en cuanto nos sea posible visitarlos. Blanca, es una amiga que entregó su vida a sus hijos y a cumplir su abnegada misión de educadora. Una profesora dedicada y a la que recuerdo mucho porque Manuel Acosta Calderón, su esposo, solía esperarla a la salida de su centro escolar, si mal no recuerdo, por los Barrios Altos. Épocas que hubo una amistad, compartida en aquel automovil Peugeot azul, tan acogedor como ellos.
Visitábamos su hogar y fueron muchas las celebraciones que festejamos acompañando con nuestro acordeón a Manuel y sus composiciones. Cómo olvidar a José Segundo y esa maravillosa ocasión que viajamos a Chosica y derramamos música con nuestras interpretaciones. Practicábamos la fotografía y dejábamos impresas para el recuerdo, decenas de fotos de aquellas visitas que nunca olvidé. Muy sociable esta gran profesora. Amable y con paciencia de buena esposa y mejor mamá.
El tiempo que no espera y sigue raudo su carrera, siguió. Ha corrido mucha agua, pero de ninguna manera ha podido borrar la amistad que surgió hace más de 40 años. Se ha vivido de todo y se ha podido superar lo insuperable. Aquellos niños a los que enseñaba el acordeón, viven en mis pupilas y los tengo impresos en mi corazón. Tuve la dicha de volver a ver a Fernando, acompañando a su padre, en el Día del Locutor y que nos demostró su afición al canto y a recitar con fervor los poemas del universo.
Otro regalo que nos ha dado la vida es Marisol, la réplica de Anita y con la que ha renacido totalmente esa vieja amistad. Chabuquita y Blanquita. Carlos, el mayor y que se olvidó totalmente de las clases de música. Un niño sonriente y que pasados tantos años, debe mantener ese linaje que les han legado Blanca Torrely y Manuel Acosta Calderón. Me da inmensa alegría saberlos unidos y felices. Gracias Blanca. Recibe el saludo de Gaby y de todos los míos. Hacemos votos por la unión de nuestras familias. ¡Feliz Cumpleaños! Gracias.
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