¡Feliz Día Gustavo! |
En esta ocasión mi saludo tiene un matiz especial. No se trata de saludar al amigo con el que nos unen recuerdos de la infancia, de la escuela o de la profesión. Acabamos de celebrar nuestros 78 años de vida. A estas alturas, hemos logrado estabilizar nuestras emociones y, la serenidad, es la que nos guía por el mejor buen camino. Inclusive, para cumplir con brindar una muestra de afecto a los personajes que hemos visto destacar en el mundo social, político, etc.
Soy surquillano y a mucha honra. Me vida empezó en Leoncio Prado, pasé por Carmen y hasta que anclamos en San Diego. Allí crecimos y aprendimos a conocer el Mercado Nro. 1 y consumir las "bombitas" que en una de sus tiendas se freían y aquello era captado por mi memoria infantil. Allí también acompañaba a mi madre para cargarle la bolsa del mercado. Estaba "Lotario", el que vendía loterías sentado en su "carrito" y que no podía caminar.
Goliat y David |
Viví el terremoto de 1940 y compré mis cuadernos en la librería "El Misti". Hice "perromuerto" al chino Juán en González Prada con toda la "gallada" y jugué fútbol, participé en verbenas criollas, conocí a Hayre, estudié con Reynaldo Naranjo en el 401 del "carioco" Fernández Dávila. Una gran primaria, para, finalmente, graduarme de locutor y actor en el Colegio Nacional "Ricardo Palma", al que tuvimos el alto honor de inaugurar sus aulas en 1950, cuando Manuél Odría fue Presidente del Perú.
He hecho esta larga introducción para que Gustavo Sierra Ortiz, ex alcalde de mi querido Surquillo, reciba el saludo que se merece, al celebrar su cumpleaños este 24 de Octubre. Ya somos amigos en este medio cibernético. Tampoco nosotros somos nada especial. Lo que quiero expresarle es nuestro modesto homenaje a nombre de los pioneros, como nuestros padres, que encontraron en mi querido Surquillo su eterno hogar familiar.
Nada más hermoso que la familia. |
Gustavo es un ciudadano especial. Han desfilado por mi municipio muchos alcaldes y la verdad que no han dejado gran huella. Surquillo creció hasta lo que pudo, gracias al esfuerzo de quienes lo habitaron desde un principio. Muy limitado y con las esperanzas de un futuro diferente. Allí, en el período de Sierra Ortiz, es que nos complace que los diarios y la televisión hablaran de Surquillo. Su obra nos pareció magistral, porque desapareció para siempre aquel estigma de "Chicago Chico".
Y no sigo más, porque me voy a olvidar que este señor, mi ahora amigo, está por recibir un año más de vida. Que tiene una preciosa familia y que lo sigo en su biografía de Facebook. Que recibe siempre salutaciones cordiales y la invitación a que vuelva a la alcaldía y cierre con broche de oro su gran gestión anterior. Gustavo Sierra Ortiz, tiene el don de la empatía y por supuesto genera polémicas. No es un robot. Es un ser humano al que en su fecha natal le deseo lo mejor y se cumplan sus nobles aspiraciones. ¡Feliz Cumpleaños Gustavo! Gracias.
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