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Marita Obregón Rossi |
Llegamos a las 11 de la noche de hoy lunes 5 y empezamos la tarea de saludar a los amigos cumpleañeros. Aquí, en lo de Marita, ya soy familia. Me avala la hermandad que mantengo desde hace "kilo y medio" de tiempo feliz con Max Obregón Mikelsen y Soledad, gran amiga y que no he vuelto a ver, sino a través de estas fotos y que al observar a su hija, pues esta joven señora parece su copia fiel. He seleccionado la foto de la derecha, porque se la nota completamente feliz. Y tiene que serlo así. Está casada con un señor que la debe engreír como se merece y, sino me equivoco, hay herederos que llenan los espacios con sus travesuras y antojillos. Por la sonrisa nos parece que ha llegado a los 19 años. Si no que me corrija.
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¿Una tacita de café? |
Y en eso, sí es una profesional. Porque es correctora de escritores y de todos los que, como yo, nos soltamos a nuestra manera y no pensamos en la sintaxis ni nada que nos impida soltar las ideas. La culpa la tiene Max. Todo un profesor y papá que no les ha permitido errar en esta materia a sus queridos hijos. Me ofrece un café y yo le digo que no. Sólo tomamos "Eco". Prescripción de la "generala" de la casa, que me dice ya tuve el tiempo más que suficiente para probar lo mejor que se produjo en tiempos pasados: el famoso "café de Chanchamayo", aquel de la calle Correo y que cuando subías al ómbibus, inmediatamente te delataba. ¡Qué aroma y qué fragancia! Eso lo saben muy bien tus queridos padres.
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¡Linda fotografía! |
¿Voy bien? Mi cumpleañera, cumpla con su deber. Corrija y prepare su nota para este aprendiz. Me conformo con un 11, mi nota preferida en toda mi vida escolar. Sentía una satisfacción cuando salvaba los cursos y era casi siempre un "once rosadito", bien pegado al rojo. ¡Qué majestad la de Max! Le han otorgado, y con muchos merecimientos, la máxima distinción de Amauta. Aquí en la foto con mis amigos de toda la vida, se te ve feliz y orgullosa. Anda consultándole al de pelo blanco, cuanto puedo merecer para aprobar este saludo. ¿Saben Soledad y Max? No se a qué me metí a escribir estos blogs. A veces tiemblo, porque me parece no voy a cumplir con ellos, y aquí me tienen, saludando a su linda criatura.
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¡Marita y Omar, felices! |
¡Ahora sí la cosa se pone buena! Tenemos que decir la impresión que nos causa el hombre de la barba blanca. ¡Cómo te ries Marita! Lo que pasa es que soy demasiado confianzudo y lo veo tan joven que me permito tratarlo así, pero con el mayor respeto. Me imagino que se lleva bien con los cuñados y mucho mejor con los abuelos de la casa. Lo digo por experiencia. Tuve de suegros a un par de grandes amigos y podría asegurarte que fue lo que mejor me pudo suceder. Creo que me dolió más que a sus hijos, cuando empezaron a partir para el sito de donde no se retorna. Los amé demasiado y me quedó el consuelo de haber sentido su tremendo cariño. Discúlpame por esta pausa de evocación y que siga la alegría.
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¡Super engreída! |
Oye Marita, pero si eres una engreída. ¡Quién te tomó esta foto? Estás que te derrites y nos transmites tu felicidad. ¡En hora buena! Porque me había sentido nostálgico con lo que comenté. Ya es hora de ir "matando" las aves de corral. De pronto llega el "cheff" de la familia y prepara algo con mucha sazón y sólo utilizando hiervitas. La verdad es que me siento muy a mi gusto, dedicándote lo que tus fotos me inspiran. Yo mismo me halago y me beso. No me importa que al final, la correctora me envíe a mi rincón esquinero con mi gorra de burro. Así eran los profesores de ayer. Si reflexiono mejor y Max me va a ayudar, creo que eran los "maestros de anteayer". ¡Sonríe Marita! Así me gusta.Verte alegre cuando se acercan las doce campanadas.
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¡Marita feliz! Tienes tu propio Papá Noel. ¡Hurra! |
Aprovecho que Omar está a tu lado y confío en que me ayudará a salir del paso. Es mi entusiasmo y quiero terminar el saludo antes de las doce. Eso de recortar las fotos y ubicarlas donde corresponde es un menudo trabajo. Se trata de Marita Obregón Rossi y esto no es todos los días. Sólo una vez al año y temido por la mayoría de damas que no aceptan se les agregue uno más. Todavía estás en la edad de sonreír y festejar los cumpleaños. Son recién 19 y ni se notan. Te envío un abrazo de tío y te deseo los parabienes que mereces por ser una profesional buena y aplicada. Voy cerrando la tarea y créeme que la lanzo al espacio con la seguridad de conseguir mi ONCE. ¡Feliz cumpleaños Marita! Desde ahora una ¡Feliz Navidad! Ya tienes tu Papá Noel y por tu fecha te llenará de hermosos obsequios. Un gran abrazo a toda la familia Obregón y a los Swaine también. Gracias.
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