Dos años más y son...¡80! |
Me faltan dos años, si Dios quiere, para llegar a los 80. En el transcurso de nuestra vida nos ha pasado de todo. Alegrías, penas, contrariedades, impotencia de lograr objetivos, lucha constante por ser mejor, amarguras y todo lo que el cuerpo resiste. Me imagino nada diferente a lo de todos. Porque así es este universo que nos proporciona durante cada 365 días, una película de aventuras, dramas y muchas adivinanzas. Nadie deja de vivir sus designios y allí estamos tercos, ciegos y dispuestos al castigo. Nos hallamos en la edad de vivir de nuestros recuerdos y volverlos a gozar.
Hay quienes opinan que vivir del pasado es retroceder siempre. De pronto cuando uno es joven. Es la etapa de las pruebas más difíciles y en la que se desarrollan nuestras facultades de defensa y de ataque. En el caso nuestro que superamos muchos de esos obstáculos, escribir los recuerdos es un gran aliciente para vivir. Nuestras reseñas en los 15 blogs que detentamos, nos han traído muchas satisfacciones personales. El recibir saludos y agradecimientos por acordarnos de un personaje que ya no está con nosotros o está en el retiro, nos causa enorme satisfacción.
Yo y mis nietos: ¡Feliz!
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Permítanme decirles que cuando tenía 3 años, una neumonia casi me lleva a brazos de Dios. Mi madre y su "Médico del Hogar", ya desahuciado por los médicos, me salvó. Un soldado de nuestro ejército, cuando tenía 7 años, me sacó de las vías del tranvía en acto muy valeroso y casi cuando tenía al carromato encima mío. Fue mi "Ángel de la Guarda". Tenía 16 años cuando en la playa de la quebrada de Armendariz, una ola nos arrastró y después de luchar cuatro horas contra la fuerte corriente, logramos salir extenuados y casi muertos. ¡Me parece increíble!
Soñé de muy niño ser artista. Me ilusionaba con la guitarra y ansiaba ser Alfredo Gil, el famoso integrante de "Los Panchos". Tuve dos guitarras. Una se me partió en dos y la otra me la robaron en el "Tobara", una cantina malosa de Surquillo. Teniendo 21 años se me ocurrió aprender el acordeón y en base a constancia y deseos tremendos de dominarlo, lo logré. Me serviría para dar clases y ganarme alguito, tocar en jaranas con "El Cholo Berrocal" y en 1970 adquirí un equipo electrónico y empecé a cobrar rico como "El Hombre del Acordeón". ¡Otra vez, increíble!
Aquí estoy firme a los 78
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En 1950 y ya estudiante en el emblemático Colegio Nacional "Ricardo Palma" de Surquillo, mi profesor Salustio Maldonado Robles, ya fallecido, formó el Club de Radioteatro. Teníamos dos profesores actores: los Hermanos José y Carlos Velásquez, famosos ambos. Los escuchaba y así aprendía a impostar la voz de "gallo ronco" que tenía. Nos llevaron a Radio Miraflores y Radio Nacional del Perú, y fui el protagonista de la vida del pintor Baltazar Gavilán. Recibí felicitaciones y allí empezó mi carrera de locutor. Debuté en Radio Victoria en 1954. ¡Qué increíble!
Actué al lado de brillantes actores nacionales y extranjeros. Pasé por muchas emisoras y trabajé en Victoria Televisión Canal 2, en la década del 60 y en el 70 ingresé a Canal 4 de América. Renuncié en 1995 luego de 25 años de trabajo y seguí con la música. En Marzo de 2008 me operaron de cáncer al colon y gracias a Dios salí bien y me chequea la Dra. Patricia Pimentel Álvarez en el Sabogal. Para distraerme mi hija me obsequió su computadora, ingresé a Internet y empecé a escribir hasta llegar en la actualidad a 15 blogs. Nuevamente ¡Increíble! Me siento feliz de llegar a los 78 y tener nuevos y grandes amigos en Internet. ¡Feliz cumpleaños José Carlos! Gracias.
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