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viernes, 14 de junio de 2013

"EL DÍA DEL PADRE". NUESTRA EXPERIENCIA DE HIJO, PADRE Y ABUELO.

El Tte. Angel Serván
El calendario marca en sus fechas un día especial para celebrar el Día del Padre. Y en la mente de todos se ilumina la figura de quien nos dio la vida. Pero, ¿Se es consciente al reconocer virtudes y defectos de quienes ocuparon tan digno lugar? Como papá, trataremos de hacer un balance lo más neutral posible y valorar al nuestro. Tengo orgullo de proceder de un hombre muy honesto y al que siempre reconoceré sus virtudes y valores morales. Fue policía fundador de su escuela y asimiló la frase "El Honor es su divisa". Aún recuerdo un gesto muy noble de un caballero hace ya muchos años pasados.

Nos hallábamos en una reunión que congregaba a ex policías, muchos de ellos veteranos. Alguien nos nombró en voz alta y hubo una oreja que captó el apellido Serván. Se acercó a nuestra mesa e indagó si teníamos algún parentesco con el Teniente Angel Serván Chuquivala. Le respondí que era mi padre. Aquel buen señor de la pregunta, tomó posición y cuadrándose frente a nosotros, hizo el saludo de honor mano en la frente y explicó: "Mis respetos de subalterno a quien durante su vida de oficial de policía, no permitió corrupción alguna y nos hizo querer a la institución con su ejemplo".

Nuestro Juán Carlos
Serván Bernales.
He reseñado alguna vez nuestra experiencia de niños a su lado. Ya fuera del cuerpo policial, se asimiló a la policía municipal. Su trayectoria lo calificó para ocupar la jefatura. Lucía el uniforme con gallardía y en pleno centro de Lima nos llevó a disfrutar de unos dulces en una panadería. El niño antojado pedía lo que deseaba y a su vez nuestro querido viejo solicitaba un paquete de pasteles para llevar a su hogar. Pidió la cuenta y el dependiente le dijo: "Continúe Jefe. Es cortesía de la casa". Observé su cara de indignación y rechazo y le aplicó una drástica papeleta. Exigió el pago, canceló y nos retiramos.

Nosotros, niños todavía, no entendíamos el significado de esta acción. Evoqué esta escena ya en nuestra etapa de mayores y debido a un acto que protagonizó un chofer de patrullero, asimilado como policía y con el uniforme y armamento correspondiente. Nos llevó a una panadería y solicitó su buena bolsa de panes y los embutidos correspondientes. Una caja de pasteles surtidos y unas gaseosas para refrescarnos en ese momento. Todo lo solicitaba enérgicamente. Realizada la "compra", no pagó un solo centavo y se retiró. Posiblemente aquel señor "tenía rabo de paja" y era extorsionado por el mal policía.

El abuelo "Carlitititos" y sus
nietos Alejandra y Joaquín.
El Teniente Serván fue comisario en varias provincias del Perú y nos llevaba con familia y todo. Por ello es que tengo hermano arequipeño y otro huaracino. Me explicaría tiempo después que sufría estas "deportaciones" por cumplir con su deber policial y "encanar" a personajes influyentes en Lima. Muy lamentable, pero nos sirvió para conocer nuestro querido Perú y la personalidad de nuestro querido papá. Llegó a celebrar sus 75 años de matrimonio y al fallecer, por razones que no entiendo, al primer mes de su Misa, se llevó a su esposa a su lado. Toda una larga vida unidos, no pudo ser superada, ante su partida, por nuestra madre querida.

Ahora, superando tan igual dolor, escribimos esta reseña. Procedemos de hogares humildes y no nos faltó jamás el sustento. Se podría decir que mi Antonieta tuvo una historia similar y es por eso que amé, igualmente, a sus padres. Ya no están físicamente con nosotros y gozo del inmenso cariño de nuestros hijos y nietos. Mi saludo a esos padres que lo entregan todo y se dan íntegros a la formación de sus hogares, la base de una ciudadanía mejor. ¿Puede ser esta reseña un homenaje especial para el Día del Padre? Espero sea compartida. Hay buenos "papás" en nuestro querido Perú. Un abrazo a todos. Gracias.


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