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martes, 19 de abril de 2011

ZOILA ESPERANZA QUIROZ PERASSO. "MI SUEGRA". UN SALUDO A SU MEMORIA. SE FUE UN 18 DE ABRIL.

Así te recuerdo.
Pasada la medianoche del 18 y antes de ir al descanso nocturno, evoco a mi inolvidable suegra. Aquella mujer que me brindó su cariño y fue tanto que, pasados muchos años de su viaje al lado de Dios, jamás dejo de estar a su lado. No tienen la menor idea de lo que significó en mi vida. Me casé con su hija Antonieta en 1958 cuando sólo tenía 40 años y estaba llena de vida y se metió para siempre en mi corazón. Zoila Esperanza Quiroz Perasso, la abuela incansable que a diario le entregaba su amor a mis hijos. 

Mi inspiración y ejemplo para querer a mis nietos. Siempre alegre y plena de entusiasmo contagiante que hacía tanto bien a mi familia. ¡Cuánto aprendí de ella! Muy comunicativa y siempre con los brazos abiertos en su casita de la Gran Unidad Vecinal Nro. 3, esperando nuestras llegadas y soltando su carcajada argentina por cada ocurrencia mía, con Moisés, su esposo y compañero de toda su vida. 

Antonieta, Gaby, Carlos y Zoila
Discurren por mi mente recuerdos divinos. Los domingos eran muy especiales. Buena cantidad de panes, café pasado y leche al gusto. Un buen churrasco y quesos, yucas y gran encebollado. Con mi acordeón alegraba sus días y cantaba en tono alto. Los paseos siempre teníamos a este musical amigo con nosotros y cómo tarareaba las canzonettas italianas, recuerdos de su niñez y de los Perasso, raiz que marcaba su árbol genealógico. Era descendiente de genoveses con su mamá María Adelaida Perasso, a quien llegué a conocer y querer en el poco tiempo que nos regaló. También cantora y con un geniecillo de calidad temperamental. Mi abuelita y que representó a las que no conocí.

Por los años de 1970.
Zoila Esperanza se durmió para siempre y tranquila un amanecer de un 18 de Abril. Me engaño porque me daba la impresión que descansaba con placidez. No quise despertarla y dormí en cama contígua a su lado. Yo velé su vejez y fueron sus diez últimos años, un regalo para mi espíritu. Me decía que era su Angel de la Guarda y con ese reconocimiento, no podíamos hacernos de rogar. Aquella mañana que no me saludó, fue una puñalada directa a mi querer y sentí como nadie su deceso. No podía dejar pasar esta fecha por alto. La saludo como siempre y se encuentra viva en mi ser. La llamé cuando me encontraba en el quirófano para mi operación al colon. Me dio aliento y sobrevivo tres años, pidiéndole que me cuide y me permita ver crecer a mis adorados nietos. Siento su mano protectora y dejo que broten mis lágrimas cuando la alegría me embarga e interpreto su "Chica del 17". ¡Cómo le gustaba! Guardo la grabación con su voz y mi acompañamiento en los teclados.

Isaac Graus y su Mariachi.
No olvido la serenata que por mi cumpleaños me regaló Isaac Grauss y su Mariachi. Zoila Esperanza estuvo radiante y la foto es un grato recuerdo de ese momento inolvidable. Hasta bailó con tal de verme alegre y feliz. Son momentos que guardo y atesoro con fervor. Fue una sorpresa que este gran artista peruano me hizo. Resultado de brindarnos mútua amistad. Eran las 12 de la noche y todo un sin fin de canciones fueron disfrutadas por Zoila Esperanza y... "el dueño del santo". Por esos recuerdos, este mi homenaje a Zoila Esperanza Quiroz Perasso, mi adorada suegra. Gracias.

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